El caballero de fina armadura yacía
acostado sobre la roca, se veía tan dulce y tenia un resplandor único pero
misterioso tan solo me acerque un poco, quería llegar hasta el pero era
imposible. Contemple su sueño por poco tiempo hasta que despertó y a pesar de
la distancia en que estaba, se percato de mi presencia, miro hacia el lugar
donde me encontraba, su mirada era profunda cálida y noble, alcance a notar el
color de sus ojos…eran claros.
Me quede sin aliento y
petrificada cuando observe que una de mis flechas había atravesado su pierna,
recite las palabras para que la magia de esa flecha desapareciera y luego me fui
retirando entre las copas de los arboles de una manera sigilosa sin que se
diera cuenta
Mas adelante fui atacada por una
flecha pero fue demasiado fácil esquivarla, mire a la dirección que provenía la
flecha y vi el resplandor de una espada
que me cegó los ojos y empecé a caer al piso. Ahí estaba vulnerable -debo
volver arriba en los arboles… -pensaba, -ahí donde nadie me alcanzaría y mis
flechas siempre llegarían a su blanco-. Intentaba abrir mis ojos pero seguían encandelillados,
antes de tocar el suelo alguien me sujeto. Cuando lo hizo me aleje lo mas rápido
que pude y me arme de una de mis mejores flechas, pero él fue mas rápido. Su
espada estaba en mi cuello cuando mi flechaba apuntaba a su corazón.
Su mirada era mas intensa pero
amable y sus ojos realmente eran claros aunque no lograba diferenciar el color…
mi mascara no me dejaba ver bien, estaba sorprendida… ¿Cómo puede alguien
llegar a poner su espada en mi cuello? Nadie había sido capaz…
-¿Por
qué hiciste desaparecer la flecha?- dijo el con un tono suave pero autoritario.
Algo en mi interior sonó como una
campanita… espero un momento cuando bajo su espada y la envaino, de nuevo
realizo la pregunta. Yo estaba petrificada, ni un solo de mis músculos se movía
tan solo el corazón para bombear la sangre, el aun no podía ver mi rostro la
capota y la mascara me salvaron de mi identidad esta vez.
Después de calmarme desaparecí la
flecha de mi mano, salte lo mas alto que pude, luego le regale una risa picara
y seguí mi camino lo mas rápido posible para que no me alcanzara.
